sábado, 14 de junio de 2008

Hoy no + Quiero beber hasta perder el control

Una actuación (en el Palacio de Congresos de Madrid en 1997) sencillamente sobrecogedora.
Los Secretos en plena forma.



De la misma actuación... Manolo García (de El Último de la Fila) se sube al escenario y se marca con el grupo una doble versión de Y no amanece y Ojos de gata, que vuelve a demostrar lo que dijimos más arriba: de lo que eran capaces Los Secretos cuando estaban én forma y daban lo mejor de sí mismos, tanto instrumental como vocalmente.

Te he echado de menos hoy



Una canción especialmente emotiva, en tanto que trata de Enrique Urquijo pero está escrita una vez que Enrique ya no estaba entre nosotros. Un homenaje de Álvaro a su hermano, que tantos problemas pudo haberle causado a él y al grupo, pero al que reconoce la deuda esencial de haber podido formar este grupo, y hasta de haber llegado (en esta canción se hace especialmente patente) a lo que ya asociamos como "sonido Los Secretos". Y que no evita tampoco entrar en la problemática de la propia identidad del grupo (y hasta de él mismo, tántas veces considerado "el guitarrista" o "el hermano del líder de Los Secretos") sin la presencia de Enrique Urquijo al frente, para acabar reconociendo que hay cosas que ya nunca volverán a ser lo mismo ("Ese río que cruzamos, nunca más cruzaré").

Te he echado de menos hoy: exactamente igual que ayer.
Confío en que siempre estaré contigo. Aunque no estés.


Como declaración de amor, me reconoceréis que no está nada mal.

Y un pequeño homenaje de unos fans de Los Secretos, descubierto casualmente en Youtube, que la verdad es que (bromas y gorritos alpinos aparte) no está nada mal. Lo importante al final es eso: que una canciñon prenda de tal modo que dos amigotes con una guitarra y poco más puedan recrearla cada vez que quieran. Y volver a darle vida.

domingo, 23 de marzo de 2008

Por la calle del olvido

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La inspiración musical de Los Secretos surgió originalmente del AOR norteamericano, y más concretamente del que enraizaba con los country-folk-rock (Neil Young, Jackson Browne, James Taylor...). Después, ya inmersos en plena movida madriñeña, se fueron dejando arrastrar por el power rock que dominaba la escena (con canciones como Déjame, Hoy no, Otra tarde...), al mismo tiempo que se dedicaban a cultivar un cierto espíritu baladístico (No me imagino, Cambio de planes...) lo que les valió -injustamente- el adjetivo de "babosos" (frente a las supuestas "hordas siniestras (o inquietantes)" que representaban grupos como Derribos Arias o Parálisis Permenente. En 1986, Enrique decidió volver a las raíces, al country rock más puro, al estilo Gram Parsons, Poco, Eagles o Byrds (si bien, hay que reconocer que la producción del disco "El primer cruce" se quedó en una cosa a medio camino, que no terminaba de ser ni pop-rock ni country-rock, ni spaghetti-western siquiera, si bien incluía canciones magníficas).

Llegados a este punto, cabe hacer un inciso. Con todos mis respetos para el resto de los miembros que todavía integran la formación (músicos todos ellos de talla excepcional, y algunos- como Álvaro o Jesús- compositores mucho más que estimables), Los Secretos era Enrique Urquijo. No sólo era el autor de la gran mayoría de los temas, sino que era quien decidía la dirección musical de la banda. Cuando decidió lanzar "El primer cruce" fue la discográfica quien -por motivos comerciales- le convenció de que siguiera con el grupo (él estaba decidido a hacer borrón y cuenta nueva), y la misma fundación de Los Problemas tuvo que ver con eso: sus propios planteamientos musicales no tenía ya nada que ver con lo que habían supuesto Los Secretos.

En esta canción, "Por la calle del olvido" (1989) se ve ya claramente cómo las inquietudes musicales de Enqique se van deslindando del pop-rock más comercial que, por ejemplo, presidirá dos años más tarde "Adiós tristeza". El sonido tex mex, José Alfredo Jiménez, Chavela Vargas y hasta María Dolores Pradera (que serán piedras angulares de sus posteriores discos con Los Problemas) aparecen ya aquí con una nitidez asombrosa, en lo que podríamos tomarnos o como prolongaciónn del sonido sureño de discos anteriores ("El primer cruce", sobre todo) o como, simplemente, la desintegración de un grupo y la insatisfacción de un autor que empezaba a estar ya más que harto de ese gran tocomocho que dio en llamarse la Movida o la Nueva Ola, y que lo mismo emparejaba a punkis diletantes como Alaska y los Pegamoides, gamberros sin rumbo fijo como Almodóvar o MacNamara, músicos más o menos serios como los Zombies, niñatos con gracia como Los Nikis o frkis inclasificables como Aviador Dro. Enrique Urquijo, desde luego, era otra cosa: al fin y al cabo, ¿cuántos de la movida sabían qué coño era "Hickory Wind" y quién carajo había sido Chris Hillman?


Ahora que todo acabó y que el tiempo te ha vencido,
y tu amigo te dejó dices que cuentas conmigo.

Como tienes el valor, yo que siempre me he dolido
de recordar lo que fue y lo que pudo haber sido.

Por la calle del olvido vagan tu sombra y la mía,
cada una en una acera por las cosas de la vida.

Por la calle del olvido donde nunca brilla el día,
condenados a una noche tan oscura como fría.

No sabes lo que luché para no soñar contigo
y no quieres entender que por fin lo he conseguido.

Yo estaba dispuesto a todo para tenerte conmigo
hasta hubiera trabajado, y te fuiste con mi amigo.

Por la calle del olvido vagan tu sombra y la mía,
cada una en una acera por las cosas de la vida.

Por la calle del olvido donde nunca brilla el día,
condenados a una noche tan oscura como fría.

viernes, 22 de febrero de 2008

Aunque tú no lo sepas (con Quique González)

Enrique canta "Aunque tú no lo sepas" con su autor, Quique González, en el programa "Séptimo de Caballería" de TVE1 (la calidad del video no es muy buena, pero la interpretación yo lo creo que lo vale).

Quiero beber hasta perder el control (video)

jueves, 27 de septiembre de 2007

Amor se escribe con llanto

Mientras que la inspiración de la mayoría de los grupos que integraban la movida madrileña venía del punk y la new wave inglesa, la fuente de la que brotó el sonido de las primeras canciones de Los Secretos tenía más que ver con el country-rock y el AOR americanos (radicalizándose ya por completo esta influencia desde finales de los años ´80). Aunque hubo otro gran influjo que no debe desdeñarse, y es la música popular latinoamericana: sabemos, por ejemplo, que en el hogar de los hermanos Urquijo no faltaron nunca los discos de María dolores Pradera, que popularizó la mayoría de los temas que, años después, se redescubrirían en el repertorio de Chavela Vargas. Probablemente, fue a través de la Pradera como Enrique (que en su etapa final de Los Problemas se acercó a este sonido casi como principal leit-motiv de su carrera) conoció -y convirtió desde el primer momento en uno de sus favoritos- el pasillo colombiano titulado "Amor se escribe con llanto", y del que es autor Álvaro Chaparro Dalmar.



La versión de Enrique apareció recogida en su segundo álbum con Los Problemas ("Desde que no nos vemos", 1998) Él mismo lo explicaba así en una entrevista que hizo en aquellas fechas para El País de las Tentaciones: "Me gusta abstraer un poco los temas y hacerlos a mi modo. La máxima representante aquí es María Dolores Pradera y en Méjico lo ha sido hasta ahora Chavela Vargas. Yo, humildemente, pretendo recoger la antorcha de esta gente y seguir haciendo que esas canciones se escuchen." Toda una declaración de amor por un sonido y una sensibilidad que es la que recogen las composiciones de Chabuca Granda, José Alfredo Jiménez o el mismo Álvaro Dalmar, y que era -a no dudarlo- la principal razón por la que Enrique acabó tan apegado a este tipo de música: la devoción que sentía por ella y el reconocimiento con unas letras ajenas que muy bien podrían haber sido propias.



Amor se escribe con llanto
en el diario amargo
de mi desencanto.

Amor que sembraste un día,
rosas de esperanzas
en el alma mía.

Amor que llegaste riendo,
amor que te vas llorando,
ayer...de dichas cantando,
hoy...sin ilusiones,
con mis tristezas... muriendo.

Tu querer...
fue un cariño como de santo,
tibia luz
en las noches
de mi extravío.

Te adoré...
y a pesar de quererte tanto,
Hoy me has enseñado
que amor se escribe...
con llanto...

miércoles, 26 de septiembre de 2007

El tiempo pasa



Para muchos, el LP "Algo más" (1983) es uno de los discos más infravalorados de los Secretos (y, para el resto, es apenas el álbum donde se incluía esa pequeña joya que es "No me imagino", en su versión instrumental y vocal...). Con Polydor totalmente decidida a deshacer su contrato con el grupo (al que las giras y los malos hábitos, así como la inoportuna etiqueta de "babosos", habían terminado por dañar muy seriamente), la distribución del disco fue prácticamente nula y lo mismo, por supuesto, su repercusión en el panorama musical español, que -de todos modos- empezaba a ir dejando de lado a todos los grupos que hubieran tenido algo que ver con la movida.

La producción tampoco fue muy brillante: aunque se suponía que era este disco (y no el siguiente, como al final resultó) el que marcaría un giro del grupo hacia un sonido más country-rock, ese supuesto giro sólo se vio plasmado en un par de temas. A esto hay que sumar que, en palabras de Javier Urquijo, el álbum no salió del todo bien ya que "costó mucho hacerlo porque Enrique estaba muy mal en aquella época". Verdaderamente, en este "El tiempo pasa" (que trata de la apatía o de la desesperanza ante una situación a la que no se le ve remedio alguno, y que probablemente es un reflejo más o menos buscado de cómo se veíael mismo grupo entonces, superado por los acontecimientos y totalmente abrumados por lo que el futuro podía depararles) se juntan las dos cosas: una mezcla horrenda donde la música se come al vocalista, y una interpretación desganada y aburrida, donde Enrique murmura más que canta y donde la gran mayoría de sus líneas acaban resultando directamente ininteligibles.

Y es una pena, porque es una gran canción, que hubiera merecido mucha mejor suerte: quizá una segunda oportunidad, regrabada y remezclada como se hizo con otras que aparecieron en la caja "La Historia de Los Secretos", o tal vez incluida en el disco de homenaje ... o incluso una segunda versión con Los Problemas, que le hubiera dado un rumbo absolutamente insólito.

Sube el volumen: no quiero pensar.
Bebe una copa y trata de olvidar...
no intentes razonar y déjate llevar.
El tiempo pasa.

No trates de encontrar la solución a tus problemas,
a tu situación.
Si las cosas van mal pues ya se arreglarán.
El tiempo pasa.

Si no te sientes solo de verdad,
no necesitas casi nada más.
Puedes vivir así, creyéndote feliz.
El tiempo pasa.

No busques algo que sea irreal,
no encuentres fallos donde no los hay.
No todo está tan mal, deja ya de pensar.
El tiempo pasa.



Como dato curioso, podríamos contar que la portada del disco (como después ocurriría con otros álbumes) Enrique se empeñó en que la dibujara su novia de entonces, que era todavía Eloísa. Ella copió el diseño de uno de los muchos cómics que él tenía, y lo hizo la misma noche antes del día en que se cumplía el plazo de entrega. Terminó a las cinco de la madrugada, y fueron tántas las prisas que se olvidó de colorear la base de la culata de la pistola de negro. ¿El resultado? La chica del dibujo terminó teniendo seis dedos. Pero de eso no se dio cuenta: ni ella, ni Enrique, ni la discográfica, ni, por supuesto, los pocos incondicionales que compraron el "Algo más" en las tiendas.